Cuando hablamos de limpieza y desinfección de oficinas y ambientes en general se asume que los resultados dependen únicamente del personal que se destaque y los materiales a utilizar.
Normalmente se hace énfasis en utilizar la tecnología de nuevos materiales y equipos para obtener mejores resultados operativos, además de buscar ahorros económicos en la optimización de los recursos.
Sin embargo, hay otros factores a considerar que tienen una implicancia directa en los resultados, y que si se manejan de manera adecuada permitirán obtener muchos mejores resultados obteniendo así, ambientes totalmente limpios y desinfectados, además de poder utilizar menos recursos y por ende generar mayores ahorros.
Como principales factores a considerar tenemos:
Comportamiento y costumbres de los usuarios con respecto a la limpieza.
Si las personas son cuidadosas y ordenadas, será posible alcanzar con mayor facilidad la limpieza del espacio, las costumbres y hábitos con respecto al orden y limpieza de los mismos usuarios son factor clave para un mejor resultado en el servicio.
Rutinas de trabajo y eficacia del servicio.
Definitivamente la experiencia de la empresa de limpieza, la formación del personal, su cultura empresarial, así como sus procedimientos y controles son factor clave para poder tener mejores resultados, alineados con los objetivos de sus clientes.
El diseño de las instalaciones.
Un diseño que no piensa en la limpieza hace que los resultados esperados sean muy complicados de conseguir y generan en consecuencia mas gasto de lo esperado.
Nos vamos a centrar, en esta ocasión, en el punto 4), si bien está tan unido al punto 3) que se pueden considerar inseparables.
La limpieza en mente cuando se diseña el espacio de trabajo.
Los espacios de trabajo se viven, se usan, y se han de mantener. Quien diseña ha de tener esto en mente y entiende que el diseño y el mantenimiento no son mundos distintos.
La planificación y diseño eficiente contempla ya no solo el tema estético sino también la practicidad en su conservación, lo que incluye su mantenimiento y limpieza frecuente.
Cuando se generan las formas del espacio, quien diseña ha de preguntarse cómo se va a poder limpiar, como se va a tener acceso a cada espacio, y esto no solo significa que sea posible hacerlo, sino que sea fácil y que se pueda hacer frecuentemente.
Si es técnicamente posible, pero supone tener que montar un andamiaje especial, o se tiene que cerrar al paso el espacio mientras se ensamblan los medios auxiliares, o grúas, o hay que desmontar partes de la oficina para limpiarlas y luego volver a montarlas, lo que se espera es una menor frecuencia de limpieza para dichos espacios de difícil acceso y por consiguiente lugares con evidente suciedad que afectan no solo a la imagen de la empresa o institución sino también a la adecuada desinfección del ambiente.
Ángulos, desplomes, celosías, múltiples capas, grandes alturas.
A veces, el diseño del espacio entorpece y dificulta mucho su limpieza, y hay algunas causas más frecuentes que otras. Si se generan ángulos en planta, o desplomes (ángulos en sección) que impiden que una aspiradora alcance todos los lugares que se han de limpiar, se generan encuentros y rincones en los que se acumula la suciedad.
Otro tanto ocurre cuando se colocan elementos, generalmente en techos y paramentos verticales, formados a base de múltiples capas, de tal manera que las exteriores dejan ver las interiores, pero no permiten entrar con los útiles de limpieza.
Es el caso de las celosías que se superponen a las paredes, que acaban siendo depósitos de suciedad, o muchos revestimientos acústicos (no todos, por supuesto) que están llenos de orificios para reducir la reverberación, pero a veces esos orificios no se pueden limpiar, y mucho menos, desinfectar.
En las recepciones de los edificios lo más habitual es encontrar algunos elementos en los techos, grandes alturas, a los que no se alcanza con útiles normales de limpieza. Es lo que decíamos antes, son técnicamente posibles de limpiar, pero hay que montar un andamiaje, o una plataforma, o una grúa en el interior de la recepción, y es tanto el trastorno que acaban por quedarse sin limpiar, ya sea por excesivo costo o por lo que estorba la limpieza al uso diario del edificio.
Esto, sumado a que se utilicen materiales porosos, estriados, o materiales que no resisten la acción química de los productos de limpieza y desinfección, hace que los diseños puedan dificultar mucho la limpieza.
Conclusión.
Por todo lo anterior, al pensar en un nuevo diseño para las instalaciones o una remodelación en un ambiente específico, no solo deberíamos centrarnos en la parte estética, sino también pensar en su conservación y en las eficiencias que se generarán al poder realizar la limpieza y mantenimiento con los menores recursos posibles.
Fuente: Eduardo Arazola Martínez / Consultor de Espacios de Trabajo.

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